Los errores nos pueden costar caros.

Os voy a contar una vivencia que me ha ocurrido durante el confinamiento y/o un poco antes y que ha sido un error en mi vida que me ha afectado psicológicamente y mucho, hasta el punto de querer quitarme del medio por toda la ansiedad, la presión, la angustia, agobio y desesperación que he vivido.
Como ser humano que soy cometo y cometeré más errores en mi vida, pero espero que de ellos pueda aprender, y de este he aprendido bastante.
La cuestión es que yo me veía sin dinero y en lugar de estar sin dinero no se me ocurrió otra idea que pedir micro créditos de pequeñas cantidades (150, 200, 300). Hasta a cinco entidades crediticias pedí dinero.
No era consciente de donde me metía, ni de las consecuencias que podrían ocasionarme el haber pedido esos micro créditos.
La cuestión es que llegó el plazo para pagar los micro créditos y me empezaron a llamar por teléfono todos los días, había llamadas que cogía y otras que no. Me estuvieron llamando todos los días entre 10 y 20 veces, por la mañana, durante la siesta para que no pudiese dormir, por la tarde, bueno a todas horas.
Era ya agobiante, muy desesperante y como he dicho anteriormente se me pasó por la cabeza hasta quitarme la vida, de hecho llamé a mi hermana una tarde diciéndole como estaba y que no salía a la calle para evitar dejar este mundo.
Y en vez de pedir ayuda, que siempre me ha costado mucho, me lo estaba tragando todo yo solo, sin acudir a nadie prácticamente. Y ahí confieso que me equivoqué al no pedir ayuda.
Los errores o malas decisiones te pueden llevar a pasarlo mal, muy mal. No solo ya a uno mismo, sino también a los que te rodean y a la familia.
Me equivoqué y reflexionando todo lo que ha sucedido, espero que me sirva para próximas ocasiones en las que esté sin dinero.
Quizás esto que me ha pasado u otra cosa parecida os haya ocurrido, y quizás poniéndoos en mi lugar  me entendáis, o quizás no lo hayáis pasado una situación parecida, pero pensarlo bien a la hora de pedir dinero a entidades crediticias que conceden micro créditos al instante con un interés desorbitado,   con penalizaciones por no pagar, con llamadas por teléfono a todas horas, emails continuos y cartas.
Yo espero que se solucione de la mejor manera posible todo esto. Yo tengo problemas de salud mental y vivo en una miniresidencia pero aspiro a vivir mejor, hacer una vida de forma autónoma, independiente y con una mejor calidad de vida. Y eso pasa por trabajar cosas de cara a ir a un piso supervisado en el que creo que con el apoyo que me den o que pueda tener podría hacer una vida lo más normalizada posible. Espero que no se alargue mucho mi estancia en la miniresidencia, porque aspiro a VIVIR como cualquier persona. Y una vez que esté en el piso estar un tiempo determinado para luego ya veremos que ocurre...
Se que no va a ser fácil, pero tampoco imposible. Creo que es cuestión de proponerselo y hacer cosas por uno mismo para que los demás también confíen y vean de que eres capaz de vivir tomando tus propias decisiones.
Ya para terminar tengo que pedir perdón: a mi hermana por todo lo que tiene que soportar y también a Mª Jose por no haber acudido antes a contarle lo que me estaba ocurriendo.
Y pido perdón porque es un acto humano que me ayuda no solo a mí sino también a las personas a las que has podido causar daño, aunque a veces el daño sea irreparable.
Ya por último decir que la vida sigue, que pasaremos de fase en Madrid, que tengo que hablar más de lo que me ocurra, de mis emociones, mis sentimientos para así estar mejor, aprender de los errores, evolucionar como persona y pensar que a veces si pides ayuda o consejo podrían ayudarte en situaciones que se dan en la vida y que muchas veces se nos escapan de las manos. No se mucho de pedir ayuda, pero cada vez me doy más cuenta de que tengo que hacerlo antes de meterme en cruzadas en las que vives malos momentos.
¡¡Ah, Mari !! deja de decirme que me ponga las pilas, que no me gusta y prefiero que me digas cosas como lo de coger el toro por los cuernos.

Escrito por El poeta de lo imposible.